Pautas de manejo para una relajación canina en positivo, totalmente necesarias a la hora de acudir al veterinario.
El Perro y el Veterinario
Las visitas rutinarias al veterinario, pueden convertirse en una experiencia traumática para el perro y un martirio para nosotr@s mism@s, a la hora de llevarlo.
Se debe tener en cuenta, que las primeras veces que se les lleva, no son conscientes de dónde, ni qué les va a realizar allí, ya que en el mejor de los casos, sean adultos o no, salen con una inyección puesta, por lo tanto, es de vital imporancia el conocimiento de un manejo específico al respecto, desde la primera etapa de su vida, la de cachorro y el conocimiento de pautas de relajación canina, a partir de la adolescencia.
Sala de espera
No debemos olvidar, que tod@s los perros o la gran mayoría que acuden al veterinario, acuden por problemas de salud, por lo tanto, en un estado de alto nivel de estrés, en este estado, si se le acerca a otro perro, que está igual, o incluso peor que él, el resultado puede ser un conflicto totalmente innecesario y perjudicial para ambos, por lo tanto, no es el sitio idóneo para hacer amigos, esta situación se deberá evitar a toda costa, por eso, no es conveniente estar con el perro esperando el turno en la sala de espera, lo ideal sería acudir dos personas, una que permanezca en la sala de espera y otra acompañando al perro en el coche o en la calle.
No es conveniente que el perro, permanezca esperando el turno en la sala de espera
En ningún momento, el perro permanecerá suelto por la sala de espera
De la sala a consulta
Rapidez, no se debe opción al perro a pensar y sobre todo a oler, lo mejor para él, es entrar directamente a consulta, evitando toda posible distracción que pudiera darse, en el trayecto de la calle a consulta, ya que el recuerdo positivo, debe realizarse durante el manejo en consulta, no en el trayecto.
En caso de que el perro de muestras de elevado nerviosismo, sería conveniente subirlo cariñosamente en brazos y meterlo directamente a consulta, siempre dentro de la medida de nuestras posibilidades.
En consulta
Es conveniente, que en todo momento sea manejado por el propio guía, por su puesto, siempre dentro de la medida de nuestras posibilidades.
Si el guía está demasiado nervioso, es conveniente que permanezca esperando en la sala de espera, a que termine el tratamiento del perro, esto evitará poner nervioso al perro, haciendo así mucho más fácil el trabajo del veterinario.
Manejo en consulta
A la hora de realizar cualquier manejo dentro de la consulta, es totalmente imprescindible permanecer en silencio absoluto, esto previene, que el condicionamiento clásico (aprendizaje por asociación) cree una asociación negativa (voz-dolor), responsable, de predisponer al perro a padecer una fobia específica al respecto.
En su lugar, se utilizará el contacto físico (suaves caricias), esta es la forma de transmitir al perro un mensaje específico: no hay de qué preocuparse, todo está bien, si todo esto se realiza correctamente, el perro irá calmando poco a poco y entrará en estado de relajación durante toda esa consulta y todas las sucesivas.
Permanencia en consulta
La justa y necesaria, procurando ser lo más corta y relajada posible.
Al término
Después de terminar de administrar el tratamiento, se le ofrecerá el refuerzo positivo, un refuerzo vocal (el personal de cada un@), una suaves caricias y si el veterinario no prescribe lo contrario, una buena chuche (algo muy sabroso que no se le suela dar muy amenudo).
Artículo redactado, escrito y diseñado por:
Cristina Rodríguez Rodríguez
Técnico Especialista en Educación y Relajación Canina en Positivo
Con la imprescindible colaboración, del equipo de la Clínica Veterinaria Vistalegre: